Mi experiencia personal con los malos pensamientos

Cierto día, alguien desesperado confesó estar siendo bombardeado por pensamientos satánicos, que, de tan sucios, no tenía ni siquiera coraje de detallarlos. Entonces, usé mi experiencia personal para ayudarlo de forma práctica.

Ya en el inicio de mi conversión, también fui atacado por cuestionamientos relacionados a Dios y pensamientos lascivos. No hay necesidad de entrar en detalles, porque casi todas las personas en la fase de conversión pasan por las mismas experiencias. En aquella ocasión, por no tener experiencia en la fe, aquello me perturbó muchísimo, al punto de pensar que pecaba contra el Espíritu Santo.

Al conversar con mi pastor sobre el tema, él oró por mí y quedé libre de aquello. Pero, como esa embestida del diablo suele ser recurrente, desarrollé una estrategia muy útil, y que me dio autonomía, para no depender de nadie cuando fuera sorprendido por una sugerencia maligna. Cuando los malos pensamientos aparecen, inmediatamente digo así:

— Satanás, presta atención: cada vez que traigas tu basura en forma de malos pensamientos, voy a glorificar a mi Señor Jesús.

Después, comienzo a orar porque sé que él odia vernos adorar a Dios. Si lo intenta de nuevo, comienzo a cantar alabanzas a mi amado Señor. Y, en cada intento, tengo una reacción de fe. Listo. Así, blindo mi mente y venzo cualquier embestida que amenace mi comunión con Dios.

Desde el día en el que pasé a tener esa actitud, quedé libre — no solo de los pensamientos malos, sino también del miedo de que me alcancen. Noto que este tipo de problema ha sido muy común, principalmente para aquellos que están a punto de liberarse o de nacer de Dios.

Si usted está viviendo tal situación, no tenga miedo ni se preocupe. Al contrario, glorifique a Dios cada vez que ocurra.

Ser tentado no es pecado. Pecado es caer en tentación. ¡Esto es señal de que está en el camino correcto! Recuerde lo que está escrito:

(…) y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.

1 Corintios 10:13

Entonces, si esos malos pensamientos no combinan con lo que usted cree — mucho menos, con lo que usted quiere, de hecho, hacer —, combátalos inmediatamente. Esté atento y vigilante para responder a la altura, contando con el poder de la de la fe que hay en usted. Así, no sufrirá ningún daño.

Mensaje sustraído de: Cómo Vencer Sus Guerras por la Fe (autor: Obispo Edir Macedo)

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