No se atrevía a abrir los ojos por el miedo de toparse de frente con aquel espíritu del mal

Ana Sandoval sentía la presencia de sombras en su casa, estas la mantenían en vela durante las noches, se sentía asfixiada ante la presencia de un hombre a quien sentía sobre su cuerpo, el pánico era tan grande que no se atrevía a abrir los ojos por el miedo de toparse de frente con aquel espíritu del mal.

Como una presencia invasora es como Ana califica las experiencias paranormales que estaban sucediendo en su casa. Desesperada le contó a su pareja lo que ella estaba experimentando, pero este aun de ser consciente de lo que sucedía prefirió ignorar sus miedos asegurándole que nada malo le pasaría.

Ana teniendo a su hijo enfermo fue invitada por su suegra a participar en la Iglesia Universal a ella la vergüenza no la dejaba contar como era víctima de males espirituales, pero tras comenzar a asistir los viernes pudo comenzar un arduo trabajo de liberación el cual traería paz a su vida. Ana no solo ha recobrado el sueño, sino que, además ha podido regar en su corazón toda la paz que Espíritu Santo le proporciona a su vida.

Ya no hay sombras, ni voces a los que temer por la noche porque con la palabra de Dios ha aprendido a escudarse de todo mal que la quería acechar.

Testimonio Ana Sandoval.

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