El agua de la vida

Domingo 22 de enero, 24

La Palabra de Dios dice: “El último día de la fiesta, que era el más importante, Jesús se puso de pie y dijo con fuerte voz: ¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba!”. (Juan 7:37). Esta era la principal fiesta de los judíos, era una fiesta religiosa, ellos tomaban del agua, basada en esa experiencia que el pueblo tuvo en el desierto con el agua que salió de la roca (Éxodo 17:6). Cuando el Señor Jesús hizo la invitación para las personas que estaban en el templo, Él sabía que ellos estaban entregados solo a una tradición religiosa.

El Señor Jesús sabía que ellos seguían con sed porque la sed que ellos tenían era por la falta de Dios en su vida, pero buscaban en su religión tradicional y eso no era suficiente para saciar esa sed. No hay iglesia, religión que pueda saciar la sed que solo el Señor Jesús puede dar. Mientras uno no sea saciado con el agua ofrecida por el Señor Jesús, se seguirá de la misma manera, esto es, nada le saciará.

Domingo 22 de enero, 24

Mientras no sea saciado con el agua ofrecida por el Señor Jesús, la persona nunca se sentirá feliz con lo que tenga en su vida y eso la llevará a tener inestabilidad en su fe. Podemos poner, por ejemplo, cuando la persona es casada y todo está bien en su matrimonio, pero por causa de ella no haber sido saciada por el Señor Jesús, nada le hace feliz, por igual cuando viene a la iglesia, va a su trabajo… El mundo vive aferrado a cosas y personas, pero las aguas de este mundo son contaminadas y sucias. El único que puede saciar la sed y dar la felicidad es el Señor Jesús, porque la verdadera agua viene del trono de Dios que es el Espíritu Santo.

El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva»”. (Juan 7:38). Brotar ríos de agua viva significa que uno será la propia fuente y no será más necesario depender de la fe de los demás. Eso significa que cuando los ríos de agua viva brotan en nuestro ser, uno tiene la autoridad para dar vida a los demás. Usted podrá ser usado por el Espíritu Santo para manifestar Su poder, esto es, por ejemplo, usted tendrá la autoridad para orar por los demás y determinar una respuesta en la vida de las personas.

Domingo 22 de enero, 24

“Pero, Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado”. (Juan 7:39). El Señor Jesús resucitó y Él quiere dar el Espíritu Santo a todos los que creen, pero para que eso suceda usted necesita entregarse a Él ciento por ciento. Cuando asumimos esa relación con el Señor Jesús, significa que Él es nuestro único Señor y al Él solo serviremos.

Domingo 22 de enero, 24

Si usted quiere ser saciado y nunca más tener sed, esto es, usted no quiere sentirse más vacío, sin sentido a la vida, busque del único que puede saciarlo que es el Señor Jesús. Vacíese de sí mismo, de su orgullo, vanidad, propios pensamientos, pida perdón a Dios y perdone a quienes un día le dañaron… Usted comprobará por usted mismo que es saciarse del agua de la vida que le dará el Señor Jesús.

Dios les bendiga.

 

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