Preparación para el bautismo en las aguas

Una persona solamente estará preparada para ser bautizada en las aguas después de estar segura del arrepentimiento de sus pecados y de haber depositado su fe en el Señor Jesús. Ésta es la gran razón por la que no debemos bautizar niños. El bautismo es una ceremonia que requiere del candidato un arrepentimiento de sus pecados. ¿Cómo un niño va a arrepentirse de sus pecados si no los tiene?

Los niños deben, sí ser, presentados a Dios, conforme está escrito:

“Le presentaban niños para que los tocara (…) Y tomándolos en los brazos, ponía las manos sobre ellos y los bendecía” (Marcos 10:13-16).

Cuando Pedro en Jerusalén hizo su primer gran discurso con respecto al Reino de Dios y de la persona de Jesús, el pueblo, con el corazón compungido, preguntó a Pedro y a los demás apóstoles qué debería hacer.

“Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo…” Hechos 2:38

Por lo tanto, el arrepentimiento es la primera condición para que el candidato sea bautizado. Normalmente sucede, que muchas personas se bautizan sin arrepentirse. El resultado es la existencia en nuestro medio de personas “convencidas” y no “convertidas” al Señor Jesucristo. Y éstas siempre estarán creando problemas en la Iglesia, discutiendo con unos, peleando con otros, hablando mal del pastor, de los obreros, nunca estarán contentas con nada, pues el ambiente en que se mueven no les pertenece. Continúan viviendo bajo el dominio del pecado al no tener su carne sepultada con Cristo.

El arrepentimiento

El arrepentimiento es un sentimiento de pesar o una insatisfacción causada por una falta. Bajo el punto de vista cristiano, el arrepentimiento incluye algunos aspectos importantes para nuestro conocimiento general:

1) El pecador necesita reconocer su pecado. Éste es el primer paso importante para un arrepentimiento sincero y honesto, pues nadie puede arrepentirse de algo que no reconoce.

2) El pecador tiene que odiar el pecado. Si no siente un rechazo por su pecado, hasta el punto de odiarlo, entonces lo cometerá nuevamente y se convertirá en vicioso del pecado.

3) El pecador necesita abandonar su pecado. Si no le damos la espalda inmediatamente, jamás conseguiremos abandonarlo. No sirve de nada pensar que venceremos al pecado si continuamos a su lado. Por ejemplo, algunas veces somos invitados a hacerle compañía a personas que no participan de nuestra fe. Normalmente, éstas intentan inducirnos en su error y, por más que nos resistamos, si permanecemos a su lado terminaremos cayendo.

4) El pecador necesita olvidar el pecado definitivamente. Para que se complete el arrepentimiento es necesario que se olvide del pecado practicado, como si jamás hubiese sido cometido.

Continuará…

Si le interesa lea también: El bautismo en las aguas

Libro: En los Pasos de Jesús
Autor: Obispo Edir Macedo

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