¿Quién debe participar de la Santa Cena? (parte II)

De ahí la importancia de que la persona se examine a sí misma y tome la decisión por sí sola. Nadie puede colocarse en la posición de juez para determinar si debe o no participar de la mesa del Señor.

Si de parte del propio fiel existe alguna duda de si debe o no participar de la Cena, dejará pasar los elementos y esperará a la siguiente comunión, pues es mejor no participar que hacerlo con dudas, porque también está escrito:

“Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Romanos 14:23).

Cuando una persona participa de la Santa Cena indignamente deja de ser bendecida para ser maldecido, porque come y bebe juicio para sí, una vez que está siendo acusada del cuerpo y de la sangre del Señor, quiere decir que ocupa el lugar del propio culpado, en el juicio hecho por el Señor en su muerte. Ésta es la verdadera razón por la que muchos que se dicen cristianos son espiritualmente débiles y jamás consiguen crecer en la gracia de Dios, ya que se vuelven rebeldes a Su Palabra y participan indignamente de Su mesa.

“No son pocos los enfermos y también los que han muerto, por considerar ligeramente el cuerpo y la sangre del Señor. Es aquí donde encontramos la respuesta de por qué tantas personas que dicen conocer desde hace muchos años al Señor Jesús, así como la Biblia, no dan muestras de ello, dando pésimo testimonio de sus vidas.

La Santa Cena del Señor no es ninguna ceremonia en la que se debe participar con un espíritu liviano y juguetón. Es algo muy serio y verdadero, por lo que sus participantes deben tener el corazón lleno de alegría y gozo, ya que es un gran privilegio el sentarse a la mesa con el Señor y participar de su propia carne y beber de su propia sangre, en memoria de su vida, muerte y resurrección.

Continuará…

Si le interesa lea también: Sabiduría salvadora (Parte II)

Libro: En los Pasos de Jesús
Autor: Obispo Edir Macedo

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