¿Quién debe participar de la Santa Cena?

El apóstol Pablo, dando instrucciones al respecto, afirma lo siguiente:

“De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.” 1 Corintios 11:27-30

El apóstol no nos da una clara definición de lo que significa “indignamente”, pero podemos percibir que de la mesa del Señor sólo pueden participar aquellos cuya vida fue lavada por la sangre del Cordero, esto es, aquellos que mantienen sus conciencias purificadas por la paz de Dios. Además, el propio Pablo, lleno del Espíritu Santo, escribe:

“Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones…” (Colosenses 3:15).”

Para éstos hay dignidad, porque el propio Espíritu Santo confirma en sus corazones un lugar en la mesa del Cordero. Mientras que a los indignos les son revelados por sus manchadas conciencias de pecados. Por eso es que hay una gran necesidad de que, antes que participe de la Cena, la persona se examine a sí misma, verificando si su vida está limpia delante de Dios, si no tiene nada que temer ante el Espíritu Santo, que escudriña hasta lo más recóndito de los pensamientos de nuestro corazón. Si no existe nada que lo acuse delante del Señor, si existe certeza de que sus pecados fueron lanzados en el mar del olvido de Dios, entonces, debe participar obligadamente, porque si se encuentra débil espiritualmente, será inmediatamente fortalecido por el propio Señor Jesús.

Si acaso la persona es convertida al Señor Jesús, pero cometió fallas, que le hacen faltar paz, debe inmediatamente ordenar esa situación con Dios, a través de la confesión de sus pecados, como está escrito:

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan)

Continuará…

Si le interesa lea también: Sabiduría salvadora (Parte II)

Libro: En los Pasos de Jesús
Autor: Obispo Edir Macedo

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