“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad, Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo…”
Tito 3:4-5
Todos los que fueron sellados con el Espíritu Santo y creyeron, son regenerados, renovados para los propósitos divinos.
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