Sentía que la vida en aquel hogar no era más que una tortura

La relación de Inés Ramírez con su pareja estaba sentenciada por el flagelo de las drogas, su esposo era adicto por lo que se había tornado en un hombre violento, sentía que la vida en aquel hogar no era más que una tortura. La angustia la consumía por dentro, estaba cansada de tener que confrontar tantas discusiones en su matrimonio, solo deseaba paz y felicidad.

Inés sentía que las drogas habían destruido no solo la vida de su pareja sino además corroído las bases de su matrimonio. Se sentía atada de manos, al menor intento de reclamarle a su esposo por sus actos irresponsables, su agresiva escalaba en cuestión de segundos, llegando incluso al uso de la violencia física.

Su propia familia le habría dado la espalda tras sus llamados de ayuda, pero Inés quería hacer algo para que su pareja saliera de aquel infierno, rendirse no era una opción. Una noche en la televisión se topó con el programa de la Iglesia Universal por lo que convencida en tomar la invitación asistió junto a su pareja y comenzaron así con las cadenas de liberación.

Con la ayuda del Espíritu Santo su esposo logró ser liberado del flagelo de las drogas y transformado en un hombre nuevo. Inés se siente feliz y confía plenamente que Dios jamás le fallara si ella se mantiene junto a Él en su sendero.

Testimonio Inés Pérez.

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