¿Será qué usted ha tenido una experiencia con Dios?

No espere que nada acontezca en su vida automáticamente. Dios nos ha dado la fe Bíblica, justamente para que, a través del ejercicio y la actuación de la fe, uno pueda tomar posesión de sus promesas, incluso de la salvación eterna. 

La vida eterna se conquista día a día y tenemos que cuidar para no perderla. Esto solamente se consigue cuando uno renuncia a su propia voluntad y los pecados, ya que la vida eterna no proviene por si sola. Jesús tuvo que pasar por varias situaciones para que seamos salvos, empezando por su muerte (sacrificio) en la cruz. Vivir en este mundo pecaminoso y resistirlo no es una tarea fácil de cumplir. La mayor aflicción que existe en la vida de una persona que aún no es nacida de Dios, es en el alma a consecuencia del pecado. 

Aquellos que han nacido de Dios no aceptan vivir en el pecado. Cuando vienen los malos pensamientos, sentimientos a causa de un problema, o de una persona, no aceptan esta situación y tampoco alimentan estos malos sentimientos. Rechazan todo mal pensamiento, no aceptan tener este tipo de sentimientos porque los Nacidos de Dios quieren honrarlo a Él y no al diablo. 

Cuando uno posee una fe inteligente, no se acepta oír hablar sobre los testimonios registrados en la Biblia o en los que han acontecido en la actualidad y aceptar vivir una vida contraria a lo que está escrito en las Sagradas Escrituras.  

“Por consiguiente, sabed que los que son de fe, estos son hijos de Abraham”. (Gálatas 3:7).

Hay una gran diferencia entre ser rico y ser próspero, ni todos los que tienen dinero o que son ricos son prósperos, pues la prosperidad sólo proviene de Dios. A través de los dones naturales que Dios nos ha dado, podemos alcanzar la riqueza financiera, pero la prosperidad es algo totalmente diferente. Muchos tienen diferentes tipos de creencias y de “fe”, pero eso no garantiza la prosperidad. Al actuar la fe de Abraham, que es la fe revelada por el Espíritu Santo, como está escrito en Juan 8, uno actúa esta fe exactamente como Abraham la actuó, priorizando la voluntad de Dios, a través de la obediencia. 

Al haber tenido esta experiencia, uno vive por la fe y siempre se está buscando honrar a Dios en los mínimos detalles y también a través de su testimonio, su conducta moral y comportamiento espiritual. La mayor riqueza que el ser humano puede poseer es la fe, la cual puede proporcionar paz y, principalmente, la garantía de la salvación del alma. 

“Así, los que son de fe son bendecidos como Abraham, el creyente…” (Gálatas 3:9).

Ante esta Palabra, ¿cómo uno puede dudar de esta afirmación, en tener una vida completa? Los problemas siempre van a existir, pero se puede vencer a cada uno de ellos, pues la fe levanta y da disposición. Pueden venir los pensamientos malos, las dudas, pero para quien es nacido de Dios, uno escucha Su Palabra y Su Voz, y recibe ánimo para seguir adelante y, consecuentemente, se logra rechazar todo mal pensamiento. 

Dios los bendiga.

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