Solía culpar a su madre, quien la había abandonado a su suerte

Vivía con la sensación de que no era amada por nadie

Liz Marlene sufrió mucho durante toda su infancia, solía culpar a su madre, quien la había abandonado a su suerte para ser criada por su tía, y pesar de que ella hacía todo lo posible para incluirla para Liz era muy difícil ver a sus primos recibiendo verdadero amor de sus padres.

Liz Marlene se sentía sola y vivía con la sensación de que no era amada por nadie, esto la hacía ser una persona triste que vagaba con un profundo vacío en su interior. Sumado a sus pesares tenía que lidiar con la burla de personas mal intencionadas que existían en diferentes ámbitos de su vida.

Liz Marlene sufría por sus complejos personales e internos, lo que la hacía sufrir de autoestima. Ella no quería nunca salir de su cuarto, quería vivir encerrada sin saber de nada ni nadie.

Gracias a su tía, quien la invitó a participar en la Iglesia Universal, fue que poco a poco fue sanando su dolor y recuperando su autoestima, hoy en día es una mujer que le sonríe a la vida gracias a que posee al Espíritu Santo.

Testimonio Liz Marlene.   

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