Su infancia fue marcada por el abandono

Solo lograba ver a su madre una vez cada cierto tiempo

Graciela era una mujer afligida por una infancia marcada por el abandono, puesto que siendo ella la hermana mayor y la única fémina, su madre se vio obligada a enviarla a vivir con su tía, puesto que lo rural y precario de la zona donde vivían no le permitía continuar con sus estudios junto a su familia y en su hogar.

Este acontecimiento afectó mucho a Graciela, quien creció con el trauma de pensar que lo que su madre había hecho era con la intención de deshacerse de ella, haciendo creer que su madre la despreciaba. En su interior sentía como se desmoronaba a pedazos, puesto que mientras ella sentía una gran necesidad de compartir con su madre y su familia, en cambio solo lograba verla una vez cada cierto mes.

Siendo aún muy joven se casó y aunque el principio su relación marchaba bien, todos sus traumas volvieron a ella de manera violenta el día que, debido a condiciones laborales, su esposo debía moverse de manera temporal de ciudad, lo que ella tomó con un abandono más, sin detenerse a pensar nunca las razones por las que tanto su madre como su pareja se habían alejado de ella.

En la cabeza de Graciela comenzaron a retumbar pensamientos negativos que le hacían pensar que el sufrimiento era algo normal en su vida y le deprimía pensar que así sería para siempre, hasta que un día una amiga la invitó a la Iglesia Universal y luego de la sinceridad con la que afrontó su fe pudo recibir al Espíritu Santo y ser bendecida por Dios. Y con una sonrisa de paz en su rostro recuerda por siempre aquel momento que su vida fue transformada

Testimonio Graciela Rotamolo.

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