La definición literal de perfecto es “estar enteramente sin culpa ni defecto o satisfacer todos los requisitos”. Tener defectos es parte esencial de ser quienes somos, sin ellos nunca seríamos capaces de fallar, caer y recuperarnos. Sin defectos, nunca aprenderíamos de ello ni progresaríamos. Pero, en este segmento en particular, se trata de la exigencia de perfeccionismo de las madres.
El perfeccionismo en la maternidad es la comparación de una madre con algo o alguien más, generalmente en lo que respecta a sus elecciones de crianza. A menudo proviene de una mentalidad de “debería”. Esos estándares se basan en lo que creen que deberían hacer como madres. La mejor manera de empezar a desaprender los malos hábitos del perfeccionismo es intentar a verlo como algo que estás disfrutando o aprendiendo a hacer.
