Toda la tristeza en su interior la habría arrastrado desde su infancia

Generados por la miseria y la embriaguez al que vivía sometido su padre

La señora Silva estaba atravesando un momento muy amargo en su vida, su pesar le hacía quedarse en cama encerrada todo el día sin ánimos de sentir amor propio, toda esta tristeza en su interior la habría arrastrado desde su infancia, puesto que siempre fue una niña sumergida en los conflictos que ocurrían en su hogar, en parte generados por la miseria y la embriaguez en el que vivía su padre.

Cuando creció, grande fue su desilusión al ver que todas esas amargas odiseas por las que había pasado de niña, la señora Silva esta vez, las repetiría en el hogar que con tanta ilusión quería construir lleno de amor. A la señora Silvia le costaba luchar contra la miseria mientras que intentaba mantener un plato de comida en la mesa para su hija, quien además de testigo, era víctima de la misma situación.

Sentía que su vida iba en picada hasta el fondo del pozo hasta que tuvo la oportunidad de conocer la Iglesia Universal más cercana a su residencia, allí escuchó por primera vez hablar de la palabra de Dios. Desde ese entonces tras cada visita, vuelve a casa sintiendo la paz que siempre anheló. Su perseverancia y su lucha han acabado con la miseria en su vida, y aún no se detiene, consolidando su lucha cada domingo en la casa de Dios.

Testimonio Mari Silva.

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