Domingo 26 de noviembre, 2023

Asumir un pacto con Dios

Son pocas las personas que vienen a la iglesia que han tomado posesión de lo que está prometido en la Palabra de Dios. Por otra parte, también existe una gran cantidad de personas que han recibido varias bendiciones, pero no han tomado posesión de lo Prometido.

Tomar posesión de lo prometido es tomar posesión de la mayor promesa que es el Espíritu Santo. Mientras una persona no recibe la revelación del Espíritu Santo, aun estando en la iglesia, recibe bendiciones esporádicas, pero en su vida todo sigue igual. Desafortunadamente, la vida de muchas personas solo ha mejorado, pero Dios no mejora la vida de nadie, Él la transforma. Para lograr una transformación de vida, como está determinada por Dios, tenemos que hacer un pacto con Él, entregando nuestra vida al Señor Jesucristo.

El Señor Jesús entregó la vida por la humanidad para redimir nuestros pecados. Si nosotros queremos entrar en un pacto con Dios, debemos de entregar nuestra vida al Señor Jesús. La Palabra de Dios dice al respecto: Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.  Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios”. Éxodo 2:24,25.

Dios solo consideró la aflicción que este pueblo estaba viviendo a causa del pacto que Él hizo con Abraham, con el hijo y con el nieto. Y por consecuencia, con toda la descendencia de Abraham, en que usted puede, tal vez, ya pertenece o va a pertenecer. Solo depende de cada uno de nosotros. Dios solo descendió en el Monte Sinaí por causa del pacto.

Existen personas que cuestionan sobre el por qué Dios no desciende sobre su vida. Entre otras preguntas que también se hacen son las siguientes: porqué su vida no cambia, por qué no recibe el Espíritu prometido…; y la respuesta es porque le falta a la persona decidir hacer un pacto con Dios, una alianza con Él. Cuando se asume un pacto con Dios, se está asumiendo un pacto espiritual que es de seguirlo, de servirlo, de honrarlo, de santificarlo, de serle fiel hasta que Él venga a llevarnos a Su gloria. El pacto con Dios es la decisión que uno asume de servir y de seguir al Señor Jesús hasta el final de nuestros ­días.

 “Recuerden que en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo”. Efesios 2:12. La Biblia dice que hoy nosotros somos el nuevo Israel. Había el primero que es el antiguo Israel y hoy nosotros, la iglesia de Jesús, es el nuevo Israel que son los que tienen un pacto con Dios.

Domingo 26 de noviembre, 2023

Un ciudadano tiene todos los derechos y los privilegios en un país cuando es nacido en ese lugar, pero si no lo es, no los tiene. Cuando uno es ciudadano de un lugar, el país se adjudica la responsabilidad de aquel ciudadano. De igual manera es con la ciudadanía de Dios, porque si la persona no tiene la ciudadanía de Dios, ella es una extraña a los pactos de la promesa. Esto es, usted sabe que en la biblia están las promesas de Dios, pero no podrá tomar posesión de las promesas porque no es una ciudadana de Dios, ya que no existe un pacto con Él.

Porque han dicho: «Hemos hecho un pacto con la muerte, hemos hecho un convenio con el Seol. Cuando pase el azote abrumador, no nosalcanzará, porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio Y en el engaño nos hemos escondido». Isaías 28:15. Antes de asumir un pacto con Dios, nosotros vivíamos en la mentira y en el engaño de este mundo, porque vivíamos sin Dios, sin tener Esperanza de un cambio de vida y, la principal Esperanza que es, la Certeza de la salvación de nuestra alma. Pero, para que uno tenga la Certeza de que su alma es salva, uno necesita del Espíritu Santo y ser sellado por Él.

Cuando uno recibe el sello del Espíritu Santo, uno pasa a tener garantía y tiene la seguridad de que a medida que uno use su fe, uno va a tomar posesión de las promesas de Dios. A consecuencia de eso cuando uno pasa problemas, adversidades, luchas, contratiempos, etc…, uno no se desespera, no hay ansiedad, porque sabemos que Dios actuará y nos dará la respuesta.

Cuando nosotros asumimos este pacto con Dios, comenzamos a tener la seguridad de que Dios es con nosotros. Lo principal de esto es que el pacto con la muerte y el infierno es quebrado. Ellos ya no tienen más poder sobre nuestra vida, nuestra alma, y se vive con paz. No se tiene miedo al infierno, porque uno sabe sus derechos cuando se tiene un pacto con Dios.

Cuando no hay un pacto con Dios no hay esperanza y la persona vive por vivir. Dios quiere hacer un pacto con nosotros a través del Señor Jesús, porque Él derramó su sangre por nosotros. Así como nosotros heredamos la maldición a través del pecado de Adán y Eva, cuando entregamos nuestra vida al Señor Jesús, es porque en Su nombre estamos asumiendo un pacto con Dios y la maldición es cortada. Quien está en Cristo Jesús no hay maldición, ni condenación, porque tenemos un pacto de sangre por medio del Señor Jesús.

La responsabilidad de asumir un pacto con Dios conlleva a servirle solo a Él, por lo tanto, no se puede servir a otros dioses. Él debe estar en primer lugar y ser el único Dios en nuestra vida. Quien asume un pacto con Él, comprueba por sí mismo que Él no falla. La Palabra de Él dice: “Él convoca a los cielos en lo alto Y a la tierra, para juzgar a Su pueblo, Y dice: «Junten a Mis santos, Los que han hecho conmigo pacto con sacrificio». Y los cielos declaran Su justicia, Porque Dios mismo es el juez”. Salmos 50:4-7.

Cuando se asume un pacto con Dios, se tiene paz y seguridad de que tomará posesión de Sus promesas, ya que el sacrificio presentado es ambos físico y espiritual. Todo lo que Dios promete, se cumple para aquellos que tiene un pacto con el Dios del sacrificio. Si usted quiere una vida victoriosa, usted necesita asumir un pacto con Dios y lo principal de un pacto con Dios es el pacto eterno, que es la salvación del alma.

Dios los bendiga.

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