Debía lidiar con el alcoholismo de su pareja entre otros tantos problemas espirituales

Dominga Galindo sentía que su vida era un desastre, se sentía triste y llena de angustias puesto que debía lidiar con el alcoholismo de su pareja entre otros tantos problemas espirituales. Su irritabilidad la impulsaba a gritarle a sus hijos y tratarlos de manera violenta cuando lo que ellos buscaban era el apoyo por parte de ella.

Dominga recuerda con arrepentimiento la vez en la que en un ataque de ira casi acaba con la vida de su propia hija a quien paró de agredir gracias a la intervención de su sobrina. Había perdido la paz, las pesadillas donde sentía que alguien trataba de herirla era una escena que se repetía todas las noches.

Quería acabar con su vida para poder así dejar de escuchar las voces de sus hijos oculta entre las sombras, la situación emporaba cada día, en su hogar electrodomésticos se incendian solos y las cosas caían de sus lugares paralizándola del miedo ante el ruido que estos hacían.

Dominga se animó a llamar un día a la Iglesia Universal donde pudo recibir una oración a través de la llamada después confiada de aquella sensación de paz adquirida entregó su vida a Dios para permanecer siempre protegida por las certezas del Espíritu Santo.

Testimonio Dominga Galindo.

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