El desprecio que recibía por parte de su madre le dejaba heridas emocionales

No podía evitar el dolor de encontrar en su madre a una enemiga

Cuando Graciela Rodríguez era niña solía pasar momentos muy agradables cuando estaba en la escuela con sus amigos, pero al llegar a casa su autoestima caía al piso tras recibir de su madre insultos y descalificaciones. El desprecio que recibía por parte de ella le dejaba profundas heridas emocionales que no lograba sanar debido a las constantes agresiones verbales que su madre mantenía en su contra.

A pesar de que Graciela Rodríguez era querida y amada por su padre, no podía evitar el dolor de encontrar en su madre a una enemiga, al contrario de la persona amorosa que ella anhelaba a su lado. La agresividad de su madre solía llegar a tales extremos que, incluso era capaz de humillarla y desvalorizarla frente a aquellos hombres quienes intentaban ser sus pretendientes.

A la edad de los 26 asistió por primera vez a la Iglesia Universal, había decidido probar el camino de Dios después de que recibiera una biblia de regalo. Al leer la historia de cómo Dios había transformado la vida de Pablo se entregó a ÉL para que transformara su vida también.

Testimonio Graciela Rodríguez.

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