El Nuevo Pacto

18 de septiembre - Reunión con obispo Clodomir

La Palabra de Dios dice: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.…”. 1 Corintios 11:23,24. En este pasaje podemos ver la importancia de lo que es nacer de Dios y  tener el Espíritu Santo, porque, cómo era posible que una persona como el Señor Jesús, después de sufrir tanto y principalmente ser traicionado, pudo dar gracias. Humanamente hablando es difícil, principalmente cuando quien traicionó es alguien que se ama, no había ningún motivo para que Él diera las gracias, pero Lo hizo.

El Señor Jesús, a pesar de todo lo que estaba viviendo por causa del Espíritu de Dios, Él podía comprender y tener fuerzas para poder para soportar lo que vivió y para que los propósitos de Dios se cumplieran en Su vida. Él sabía que estaba viviendo aquella situación, no porque estaba siendo víctima por los romanos y por el grupo de sacerdotes judíos, Él estaba siendo entregado por el propio Dios para morir por nuestros pecados, para que a través de Su muerte y resurrección las personas tuviéramos la oportunidad de la salvación. Cuando se tiene el Espíritu de Dios se tiene el poder de soportar y vencer las adversidades de la vida, porque se sabe que Él tiene un propósito y que dará la dirección para que venzamos. Cuando el Señor Jesús hace referencia que comamos del pan porque es Su cuerpo, Él estaba refiriendo en forma literal, cuando en la Santa Cena se come el pan, este es una representación del cuerpo del Señor Jesús.

18 de septiembre, reunión con obispo Clodomir

 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí”. 1 Corintios 11:25. El Señor Jesús menciona acerca del nuevo pacto, porque el antiguo pacto era en la sangre de animales. Si por causa del pacto que Dios hizo con Abraham, Isaac, Jacob y los otros patriarcas y profetas, tenían un pacto de sangre de animales con Dios. Por causa de ese pacto con la sangre de animales ellos vencían, superaban los desafíos, se imponían ante la derrota y ante los problemas, cuánto más hoy en la actualidad que se tiene un pacto en la sangre del Señor Jesús.

No es más en la sangre de animales que se realiza un pacto con Dios, es la sangre de Jesús que nos lava, nos purifica de todo pecado y que nos da acceso a la Presencia de Dios con plena confianza. Pero, esto sólo es posible a través de este pacto de sangre.

Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga”. 1 Corintios 11:26. El Señor Jesús venció la muerte, eso significa que hubo victoria. Él venció el infierno, a Satanás y a todos los demonios. Eso muestra que quien esta verdaderamente en Él, también vence.

Cuando no existe un pacto con Dios o se está caído en la fe, no hay certeza de que con Dios se vencerá. ¿Cuál es la razón? La Palabra de Dios dice: “de manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor”. 1 Corintios 11:27. Cuando el Señor Jesús hace esta referencia de comer del pan y la copa indignamente, es porque existen quienes no han tomado consciencia y han servido al Señor Jesús a su manera y eso no puede ser así, bíblicamente es imposible. Podemos comparar este ejemplo como en un matrimonio, si la pareja hace lo que cada uno decide, no hay un pacto o un compromiso, no hay un respeto mutuo, el matrimonio terminará en fracaso.

Para tener un pacto con el Señor Jesús, debe existir un compromiso con Él, porque, así como Él se dio por nosotros, dando todo lo que tenía, Su sacrificio fue espiritual y físico. Cuando existe un pacto, es una entrega total y mutua, esto es, debe existir el pacto de sangre, que es el nuevo pacto.

 “Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa”.  1 Corintios 11:28. La Salvación es individual y nadie puede culpar a nadie por su vida, cada persona es responsable de uno mismo.   “Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen”. 1 Corintios 11:30. Existen muchos que están enfermos en la fe, personas que no crecen, que no desarrollan en la fe y que viven siendo niños en la fe.

En la primera Santa Cena que hubo que fue realizada en Egipto, ellos mataron al cordero, tipificando al Señor Jesús, pasaron la sangre del animal en los umbrales o marcos de la puerta y el espíritu de la muerte no pudo entrar. Si uno tiene la sangre de Jesús, lavando continuamente en mi consciencia, no hay demonio que puede tocarnos, entrar en el cuerpo de uno, porque no hay maldición, brujería, no hay nada, porque tenemos un pacto con Él y eso nos protege. Pero cuántas son las personas que tienen miedo y eso es por causa de que están enfermas en la fe. Y la vida es el retrato de la fe, si la vida de alguien es fracasada, derrotada, dominada por los problemas, significa que está enfermo en la fe y si esta sana la persona está venciendo.

18 de septiembre, reunión con obispo Clodomir

Participar de de la Santa Cena no se puede hacer a la ligera, a su modo, a su manera o para seguir viviendo en el pecado, es bueno esclarecer que no me estoy refiriendo sólo al pecado moral, como el adulterio, robo, prostitución, vicios… sino también al pecado del egoísmo, la duda, orgullo, prepotencia… Los pecados considerados refinados, los pecados secretos que se cometen en la mente, en el corazón, esto últimos muestran falta de sinceridad.

La Santa Cena no excluye a nadie, la oportunidad es para todos, pero tiene que haber una decisión de asumir un pacto de sangre con Dios que es el nuevo pacto y crea que Dios le dará las fuerzas y el poder para vencer todo lo que usted tiene que abandonar para agradarlo a Él.

Dios les bendiga.

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