El Sexto Sello (Parte 4)

Hay estudios científicos que garantizan haber ocurrido por diversas veces, en milenios pasados, mudanzas de polos repentinos. La verdad es que los días que precederán a la venida del Señor Jesús serán días de ardiente ira. Y las consecuencias de esos terribles acontecimientos harán que todas las capas de la sociedad: los grandes, los jefes militares, los ricos, los poderosos, los esclavos y los libros se nivelen, de tal manera que ya no habrá ninguna diferencia más entre los sabios e ignorantes, grandes o pequeños, blancos o negros, católicos, musulmanes. espíritas, budistas, en fin, de todas las religiones paganas en la faz de la tierra.

Todos formarán una única clase de personas que se esconderán en las cavernas hay en los peñascos de los montes para hacer la misma precio y los mismos «dioses», es decir, las cavernas y los peñascos de los montes, diciendo: «… cae sobre nosotros, y escondednos…». En ese día, nadie va a clamar a los santos, a las entidades espíritas, a Mahoma o a Buda o a quien quiera que sea, si no, exclusivamente a las cavernas y a los peñascos… Porque es llegado el día de la ira del Cordero. Pues es venida la gran ira de ellos (del Padre y del Hijo), ¿y quién podrá sustituir? Muchas personas que no dan la mínima atención para la Palabra de Dios ha dicho: «No puedo creer que Dios, que es amor, va a permitir que alguien va para el infierno».

Mientras tanto, esas mismas personas se olvidan que más allá de Dios ser amor, Él también es justicia. Y Su justicia no puede dejar que la injusticia prevalezca también. No se engañe, amigo mío. El apóstol Pablo, dirigido por el Espíritu Santo, dijo: «No os engañéis: Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque lo que siembra para su carne, de la carne recogerá corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna» (Gálatas 6:7-8). Además de todo eso, el apóstol Juan es muy claro cuando se refiere al día de la ira del Cordero. Para aquellos que no creen en la ira de Dios, basta que analice los hechos que precederán a la vuelta del Señor. La apertura de los sellos muestra la ira de Dios para aquellos que se mantienen rebeldes a Su Palabra, rebeldes a la salvación de gracia a través del sacrificio de Su Santo Hijo Jesús.

En la época de Noé, como en nuestra época, la humanidad vivía totalmente indiferente al mensaje de salvación que Noé predicaba. La Biblia dice que: «Y vio el Señor que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió el Señor de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo el Señor: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos del Señor» (Génesis 6:5-8). Vea que Dios no salvo a la humanidad de la época de Noé a causa de su maldad, y también no salvo a los impíos de esta época. En aquellos días que precedieron a la venida del Señor, solamente los obedientes a la Palabra de Dios alcanzarán la misma gracia que Noé alcanzó delante del Señor.

Gracias a Dios que la novia del Señor Jesús no pasará por la experiencia del terror de ese día. Y aquellos que, en ese exacto momento, no estuviesen absolutamente convencidos de su salvación, sería bueno que despertasen a eso. Pues todo lo que hay en el mundo pasa, bien como todas sus concupiscencias, pero aquellos que hacen la voluntad de Dios, permanecerán por toda la eternidad con el Señor Jesucristo. Pero aquellos que, al contrario, se han rebelado contra toda la compasión de dios, si mueren y no se arrepienten, entonces pasarán toda la eternidad en un lugar donde, según el Señor Jesucristo, hay llanto y crujir de dientes.

Continuará…

Si le interesa lea también: El Sexto Sello (Parte 3)

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

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