¿Espíritu Santo o demonio?

Uno de los dones del Espíritu Santo es el discernimiento espiritual. Nosotros, que estamos siempre expulsando demonios de las personas, hemos tenido innumerables experiencias en casos de personas que estaban siendo engañadas por el diablo.

En cierta ocasión, una señora nos garantizó estar “llena” del Espíritu Santo y aunque ella manifestaba una gran alegría por ello, no estábamos seguros de su plenitud espiritual. Un día, esa persona comenzó a cantar un cántico, incluso muy bonito, que podía hacer que cualquier persona creyera que era una actitud de quien estaba tomado por el Espíritu Santo. Algunos días más tarde, estando aquella señora enferma, oramos por ella y después de insistir en oración, pidiendo al Señor que la liberase de todo el mal, manifestó con un espíritu demoníaco que la hacía cantar de aquella manera. ¡Tal demonio se presentó como caboclo lírico!

Hemos tenido contacto con innumerables personas que piensan que están bautizadas con el Espíritu Santo, cuando verdaderamente están poseídas por un exú, o un caboclo cualquiera. Sin embargo, he notado una cosa en el trato con este tipo de problemas: es que las personas que son engañadas, si son sinceras, más tarde o más temprano se liberan. Los espíritus malignos no resisten la presencia de Dios y acaban manifestando su verdadera personalidad y es ahí que entramos con el poder de Dios para apartarlos definitivamente de las personas.

¿Una persona bautizada con el Espíritu Santo puede ser poseída por el demonio?

Las Sagradas Escrituras no dan base para fortalecer la opinión de que una persona bautizada con el Espíritu Santo pueda quedar endemoniada. Cuando una persona tiene la plenitud del Espíritu Santo es sellada por Dios, y una vez sellada, ningún demonio puede entrar. La Biblia afirma que somos templos del Espíritu Santo y siendo así, por cierto que el Espíritu Santo no aceptará dividir Su morada con ningún espíritu demoníaco.

Quiero sólo recordar que consideramos todas las situaciones del hombre delante de Dios como un estado y nunca como una condición. El Bautismo en el Espíritu Santo es un hecho que deja al bautizado en un estado de gracia delante de Dios. Sin embargo, si esa persona cae en pecado y consecuentemente niega a Jesús y pasa a resistir al Espíritu Santo, es ahí donde el diablo tendrá una brecha para poder entrar porque el Espíritu Santo se apartará de la persona. Eso sucedió con Saúl, que fue lleno del Espíritu Santo pero perdió toda la gracia de Dios debido a su desobediencia al Señor y, en consecuencia, acabó con su vida de manera horrible después de consultar a un espíritu inmundo, enviado por satanás que, mintiendo, dijo ser el espíritu de Samuel.

Si tienen alguna pregunta contáctenos

Share This Post

More To Explore