¡Ferviente de espíritu!

no siendo perezosos en lo que requiere diligencia; siendo ardientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza, pacientes en la tribulación, constantes en la oración; (Romanos 12:11-12)

La Palabra de Dios dice que no debemos ser lentos en el cuidado, que debemos estar constantemente alerta. Ser fervorosos es ser fuerte espiritualmente, es decir, estar en comunión con Él y tener los oídos atentos a Su voz. Así su Espíritu nos llenará de gozo y alegría cuando lo invoquemos con todo nuestro corazón.

Mensaje sustraído del blog de señora Ester Bezerra

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