Con el benigno te muestras benigno, con el íntegro te muestras íntegro.Con el puro eres puro, y con el perverso eres sagaz. (Salmos 18.25-26)
Vivir con los justos facilita la práctica de la fe, porque su placer es hablar las cosas de la Palabra de Dios.
Pero entre los injustos, sólo hay perversidades. Se hunden en la iniquidad, se vuelven ciegos y sin idea de lo que es correcto y verdadero.
Por eso el seguidor de Jesús ni siquiera se acerca a ellos, no sea que se sienta atraído por lo que el mundo le ofrece. Tu corazón rechaza las cosas malas. Tu propósito es ser fiel a tu Señor, quien te libró de las tinieblas y te rescató a Su luz.
Mensaje sustraído del blog de señora Ester Bezerra
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