La indignación del Señor Jesús

Debido a Su naturaleza espiritual, Jesús era un “indignado”. Y no podría ser diferente; a fin de cuentas, por ser poseído por el Espíritu de la Justicia, Él no Se inclinaría al reinado del espíritu de la injusticia. Enumeramos a continuación algunas situaciones en las que Jesús Se indignó contra el reinado del diablo en este mundo:

1. Se indignó contra los mercaderes del Templo, derrumbando las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas. Véalo en Mateo 21:12; Marcos 11:15.

2. Condenó a los escribas y fariseos hipócritas. Véalo en Mateo 23:13-16.

3. Lo llamó al rey Herodes zorro cuando fue amenazado de muerte. Véalo en Lucas 13:32.

4. Curó en un día de reposo, contrariando la tradición religiosa. Véalo en Lucas 14:3-4; Juan 9:14.

5. Se sentó a la mesa con recaudadores de impuestos y pecadores. Véalo en Mateo 9:10.

6. Dialogó con la samaritana en el pozo de Jacob. Véalo en Juan 4:5-18.

7. Curó a diez leprosos, aun sabiendo que solo uno volvería. Véalo en Lucas 17:11-19.

8. Criticó la timidez de fe de Sus discípulos. Véalo en Mateo 8:26.

9. Llamó para que Lo siguiera un hombre sincero, que recaudaba impuestos. Véalo en Mateo 9:9.

10. Se compadecía de las ovejas (Mateo 9:36), sin embargo, era duro con los lobos (Mateo 7:15).

11. Avisó que no vino a traer paz a la Tierra, sino espada. Véalo en Mateo 10:34.

12. Aprobó que los discípulos cosecharan espigas en un día de reposo. Véalo en Mateo 12:1-8.

13. Aprobó a David y a sus compañeros por comer los panes consagrados debido al hambre, los cuales eran solo para los sacerdotes. Véalo en Mateo 12:3-8.

14. Enseñó a atar al fuerte (diablo) y a saquear su casa (es decir, “robar” a los sufridos de sus garras). Véalo en Mateo 12:29.

15. Llamó a los religiosos hipócritas como camada de víboras. Véalo en Mateo 3:7.

16. Afirmó que Su madre y Sus hermanos son aquellos que hacen la voluntad de Dios. Véalo en Mateo 12:50.

17. Cuando Pedro osó aconsejarle, le dijo: “Quítate de delante de Mí, Satanás (…)”. Es decir, Jesús Se indignó contra la actitud de Su discípulo y no Se avergonzó por eso. Véalo en Mateo 16:23.

Maldijo a una higuera porque no encontró higos en ella. Véalo en Mateo 21:19.

Era odiado debido a Su indignación contra las injusticias y garantizó que seríamos también odiados. Es decir, no prometió blandura en la fe. Al contrario, garantizó: “(…) seréis odiados de todas las naciones por causa de Mi Nombre”. Véalo en Mateo 24:9.

Se indignó contra la inutilidad del tercer siervo, que no multiplicó su talento y lo condenó a las tinieblas donde hay llanto y crujir de dientes. Véalo en Mateo 25:30.

Se indignó contra Su voluntad para hacer la de Su Padre. Véalo en Mateo 26:39.

Además de esos hechos, Sus enseñanzas y discursos muestran toda Su indignación.

Entonces, vivir en Espíritu es vivir en la fe de la indignación para cambiar las situaciones impuestas por el mal. Todas las personas poseídas por el Espíritu de Dios cargan en sí la indignación contra los espíritus de la corrupción espiritual y moral. Para ellos, es inadmisible tener el Espíritu de Dios y, al mismo tiempo, estar sujeto a las injusticias que, en el fondo, proceden del infierno.

El permiso Divino a las injusticias no es señal de Su voluntad. Al contrario, Dios ha permitido la acción de los enemigos de la justicia para que Sus hijos (hijos de la justicia) se indignen, luchen y prevalezcan contra ellos. Eso despertará la fe de los sinceros y les hará ver que hay Un Dios Vivo y Todopoderoso dispuesto a librarlos.

Mensaje sustraído de: Cómo Vencer Sus Guerras por la Fe (autor: Obispo Edir Macedo)

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