Llorar y llorar

¡Vamos pues ahora, oh ricos! Lloren y aúllen por las miserias que vienen sobre ustedes. Sus riquezas se han podrido, y sus ropas están comidas de polilla. Su oro y plata están enmohecidos; su moho servirá de testimonio contra ustedes y devorará su carne como fuego. ¡Han amontonado tesoros en los últimos días! (Santiago 5:1-3)

Ya podemos ver esta profecía cumpliéndose en estos días de guerra. Hombres ricos que no pueden usar sus cuentas bancarias, abandonan sus hogares y posesiones y huyen a otras tierras. Tuvieron comodidad y dinero durante muchos años, pero han llegado a una situación en la que ya no les queda nada, pues huyen del terror de las bombas, como forasteros.

Mensaje sustraído del blog de señora Ester Bezerra

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