Los dones del Espíritu Santo

Antes de entrar en el estudio de los dones del Espíritu Santo, es necesario comprender, por encima de todo, que los dones del Espíritu de Dios son de Él. Esto quiere decir que nadie puede considerarse dueño de algún don.

Muchos cristianos sinceros, sin tener un mayor conocimiento de la Palabra de Dios, se creen poseedores del don de profecía. Sólo porque un bello día fueron usados para profetizar. Esto no significa que, obligatoriamente, tengan ese don. Si esto fuera verdad, estaríamos limitando la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas, pues si afirmo ser poseedor de tal don no cabe que el mismo se manifieste en otra persona y caigo en la exclusividad de la posesión.

La verdad es que los dones del Espíritu Santo son concedidos a cada uno de acuerdo con la necesidad. Por ejemplo, yo conozco a un hombre de Dios que muchas veces fue usado por el Espíritu Santo para profetizar algo que más tarde aconteció como había dicho. Bueno, a pesar de ello, sé que no tiene en absoluto el don de profecía.

Los dones del Espíritu Santo son concedidos por el propio Espíritu, según Su santa voluntad y de acuerdo con la ocasión. Esto ocurre por su libre y espontánea voluntad y funciona conforme a las necesidades de la Iglesia del Señor Jesús. Alguien que, en un momento dado, es usado para dar una palabra de sabiduría, en otra ocasión puede ser usado por el mismo Espíritu para operar milagros y, en otra ocasión, para discernir espíritus.

El pueblo de Dios precisa entender que es el Espíritu de Dios quien dirige a la Iglesia de Jesucristo, y de acuerdo con el momento y la necesidad, elige aquel cuyo corazón tiene un especial cuidado para su obra, entonces lo usa para operar algún don.

El Señor Jesús mantiene el control de su Iglesia a través del Espíritu Santo, quien, a su vez, elige personas llenas de gran amor a fin de hacer operar sus maravillosos dones.

La palabra de sabiduría

Este don da la habilidad de comprender y transmitir las cosas más profundas del Espíritu Santo, comprender los misterios cristianos y la capacidad de transmitir a otros ese conocimiento.

La Palabra de Dios es espíritu y vida (Juan 6:36) y, para comprenderla, precisamos este don a fin de no interpretarla erróneamente, pues muchos se desviaron de la fe cristiana por dar oídos a espíritus engañadores (1 Timoteo 4:1).

El Espíritu Santo, a través de ese don, nos hace discernir la voluntad de Dios por su propia Palabra, además de aplicar la sabiduría espiritual al juzgar cuestiones difíciles entre miembros de la comunidad, como fue el caso de Salomón cuando juzgó la causa entre dos mujeres (1 Reyes 3:16-28). En este caso, el don de la palabra de sabiduría fue dado a Salomón a fin de que hiciese justicia en su pueblo; de ahí la razón de por qué se hace necesario este don, para que se haga justicia al pueblo de Dios.

Continuará…

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Libro: En los Pasos de Jesús
Autor: Obispo Edir Macedo

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