Pensó que nunca superaría aquel trauma de la niñez

En la oscuridad, nadie la escuchaba sollozar sus penas

Elizabeth Fariña fue víctima de un abuso siendo ella tan solo una niña, un miembro de su familia se habría propasado con ella dejando una huella difícil de borrar, desde ese día quedó marcada para siempre con el trauma de volver a ser tocada alguna vez por un hombre. Frente a los demás aparentaba ser una persona normal y feliz, pero por las noches, bajo la oscuridad, nadie la escuchaba sollozar debido a ese vacío que existía en ella.

Poco a poco se adentraba a los vicios probando lentamente, primero con bebidas alcohólicas, y luego yendo más lejos, probando algunas drogas, todo con la intención de aparentar ser feliz. Pero la verdad para Elizabeth Fariña es que tan pronto creció, entendió el abuso del cual había sido víctima, despertando traumas que le generarían heridas a su corazón.

Con el tiempo todas sus inseguridades la convirtieron en una persona solitaria por el miedo que poseía ante la posibilidad de conseguir una pareja, puesto que había generado en su interior un odio irremediable hacia los hombres debido a aquel trágico suceso en su vida.

Un día una persona, la cual su vida ya había sido transformada gracias al poder de la oración, le habló sobre las oportunidades que tendría en la Iglesia Universal para transformar su vida, así que decidida por un cambió, cruzó las puertas de la casa de Dios y luego tras entregarse por completo al Señor pudo recibir al Espíritu Santo el cual la condujo por donde debía para conseguir una vida feliz.

Testimonio Elizabeth Fariña.

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