Profecia parte III

Tal vez el lector piense que estamos totalmente en contra de la profecía o de ese don, pero eso no es verdad, pues ¿quiénes somos nosotros para juzgar la Palabra de Dios? Lo que sucede es que la profecía o el don de profecía existe, pero conforme con la propia Biblia y bajo una disciplina celestial, como todas las cosas de Dios.

La profecía quiere decir una predicción del futuro, y esto es realizado por un profeta ungido de Dios o por una persona que es usada por el Espíritu Santo en una ocasión oportuna. La profecía jamás va en contra de la Biblia, pues el que habla por la Biblia lo hace, también, a través de sus siervos mediante el don de profecía. Quien dice ser profeta ungido o que ha recibido este don nunca podrá hacer una predicación que esté en desacuerdo con la Biblia. Por otro lado, aquel que profetiza lo hace en beneficio del cuerpo de la Iglesia del Señor Jesucristo, para edificarla, exhortarla y consolarla. Éstos son los objetivos primordiales de la profecía (1 Corintios 14:3).

El profeta o aquel que profetiza (porque no todos los que profetizan son profetas, ni todos los que son profetas viven profetizando) nunca jamás pronunciará alguna palabra profética directamente a alguna persona, pues sólo encontramos una vez que hubo profecía personal en el Nuevo Testamento (Hechos 21:11), pero no es un ejemplo para generalizar.

Hasta aquí hemos procurado hablar sobre profecía en su sentido más estricto, que es el bíblico, pues, si lo hiciéramos en un sentido general tendríamos que acordar lo que no es; para predecir algún acontecimiento no es necesario ser profeta o alguien inspirado por Dios, ya que a través de estudios y observaciones podríamos sacar conclusiones de futuro con un margen de error mínimo. Éste es el caso de las previsiones meteorológicas, económicas, etc.

Naturalmente, el profeta, en sentido bíblico, es mucho más que un individuo que predice el futuro. Es un hombre espiritualmente dotado para ejercer el don de enseñanza y cuando profetiza el futuro lo hace inspirado por el Espíritu Santo.

Continuará…

Si le interesa lea también: Profecía parte II

Libro: En los Pasos de Jesús
Autor: Obispo Edir Macedo

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