El rescate de nuestra alma (Parte II)
Como todo tiene un costo, el Señor Jesús pagó un alto precio por nuestra alma.
Como todo tiene un costo, el Señor Jesús pagó un alto precio por nuestra alma.
Tanto su cuerpo como su alma quedaron profundamente abatidos, pero el salmista reunió todas sus fuerzas para clamar al Altísimo…
Uno de los mayores deseos del alma es tener descanso. A diferencia del cuerpo, el alma solo logra descansar con la seguridad de la presencia de Dios.
En el transcurso de mi ministerio, encontré a muchas personas que sentían dolores terribles en el cuerpo. Algunas tenían un diagnóstico médico, otras no.
En sus variados grupos con los que cuentan, existe uno, que es un grupo de personas voluntarias dispuestas a salir a las calles para extender a las personas que van encontrando en su camino una invitación a través de un periódico o un folleto.