El acusador frente a la Iglesia de Jesucristo (Parte II)
El fuego eterno preparado para satanás y sus ángeles es la condenación eterna para ellos.
El fuego eterno preparado para satanás y sus ángeles es la condenación eterna para ellos.
Dios es luz, orden y disciplina; y con Él no puede habitar el error, el pecado y la oscuridad.
Como seres humanos, muchas veces usamos la comparación para comprender algo nuevo.
En Adán, el ser humano es solo alma viviente; pero, en el Señor Jesucristo, se torna espíritu vivificante, pues es regenerado y puede volver a vivir en comunión espiritual con el Todopoderoso.
Cuando una persona deposita la fe en el Señor Jesús, coloca su vida, su esperanza, su futuro, sus problemas, sus aflicciones y todas sus angustias en Sus manos.
El suicidio ha sido una epidemia silenciosa en el mundo desde hace bastante tiempo.
Quien cree en esas y en tantas otras mentiras que existen por ahí pierde su alma y tendrá la dura decepción de encontrarse con la realidad del infierno cuando no haya más oportunidades de arrepentirse.
Cada segundo, miles de personas en el mundo parten hacia la eternidad. ¿Cuántas entran en el descanso de Dios y cuántas van al infierno?
Pasa a tener cada vez menos tiempo para Dios, pues necesita “aprovechar la vida”, viajar, invertir, comprar, etc. y, normalmente, con todas esas fascinaciones que el mundo ofrece, el alma queda desgobernada y se pierde.
El infierno fue “… preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41), no para el ser humano.